lunes, 9 de diciembre de 2013

Café, café...






A veces me gustaría tener a unos polis custodios en la puerta de mi casa para poder llevarles café recién hecho en vasos de cartón (de los baratos) y que me saluden con un toque en la visera de la gorra mientras yo agradezco su protección mientras compungida me cruzo de brazos intentando crubrirme del frío con mi chaqueta de lana con grecas muy fashion y Jake, con su sonrisa perfecta y sus ojos aguamarina (creo que es el mismo que me crucé imaginariamente el día que casi me atropella una furgalla de la Nacional) me dice que para eso está el cuerpo, para protegerme, y que cualquier cosa que necesite, que oye, que ahí están, como si es para colgar un cuadro o para arreglarme los fusibles, muy majos, la verdad, y Jake, un encanto, yo creo que iba a mi instituto y era capitán del equipo de rugby (me corrigen: fútbol americano), he de preguntarle porque me suena mucho...Y eso...Ya después sigo plantando las azaleas en el backyard...Besis — sentíndose especial.

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